Construir Cantando

En 1988 se inicia el taller coral Pequeños Cantores de la Schola, para ampliar la red pedagógica de la Fundación y la preparación musical de niños,  niñas y adolescentes, con edades comprendidas entre los 5 y los 18 años. El taller estimula la práctica coral mediante estudios de teoría y solfeo, expresión corporal, técnica vocal, dicción, uso correcto del lenguaje y apreciación musical. Diez años más tarde, en 1998, se establece el programa permanente “Construir Cantando” el cual está orientado a contribuir con el desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Muchos de ellos viven en comunidades de limitados recursos económicos, vulnerables, con pocas o ninguna oportunidad de culminar estudios primarios y acceder a oportunidades laborales formales, así como la estimulación de la integración social entre sectores con diversas realidades económicas.

Este proyecto social utiliza el canto coral como herramienta pedagógica:

  • Facilita en forma sensible el desarrollo de capacidades intelectuales, físicas, emocionales y expresivas.  
  • Promueve la sensibilización a través de la música, la adquisición de conocimientos, la búsqueda de la excelencia y la constancia en niños, niñas y adolescentes, 
  • Dirige su acción al fortalecimiento de valores ciudadanos y la promoción de mecanismos de interacción social, contribuyendo al fortalecimiento del sistema de educación formal en la Escuela Básica mediante la adecuada ocupación del tiempo educativo no formal y libre.
  • Acompaña el proceso de inclusión social generado desde las plataformas de otras organizaciones no gubernamentales en el área de la formación ciudadano de niños, jóvenes y adolescentes.

Este programa está fundamentado en una red de núcleos corales en alianza con otras Organizaciones de Desarrollo Social (la mayoría instituciones educativas)  establecidas sólidamente en cada comunidad. Hoy en día funcionan núcleos o centros de Pequeños Cantores localizados en el Distrito Metropolitano de Caracas. Atendiendo una población promedio mensual para el año escolar de 350 niños, niñas y jóvenes entre los 3 y 17 años de edad. Estos coros están articulados con el coro Juvenil de la FSCV que reúne a los niños y jóvenes más entusiastas de cada núcleo.

En su mayoría, las instituciones aliadas donde funcionan los núcleos, atienden a las comunidades de niños, niñas y adolescentes en materia de educación formal, nutrición y salud, sin embargo, requieren del apoyo de otras instituciones como la Fundación Schola Cantorum para aprovechar adecuadamente entre 2 a 3 horas diarias de educación no formal y tiempo libre de niños, niñas y adolescentes con actividades complementarias como la práctica coral. Si este tiempo no es atendido, entonces, problemas sociales fuera de la institución como la drogadicción, el narcotráfico, la violencia y embarazo precoz, absorben rápidamente a los infantes, generando una deserción escolar temprana.

Adicionalmente, la actividad coral requiere del fortalecimiento del núcleo familiar, pues es imprescindible la formalización del estado legal de los miembros de los núcleos para el desarrollo de la actividad artística mediante conciertos locales, estadales e internacionales, por lo que, se presta la asesoría a los representantes para presentar y registrar a los niños, al igual que para la emisión de cédula de identidad y pasaportes. El período de formación y apalancamiento del coralista y su familia dura el tiempo que el niño manifieste su intención de estar en la agrupación coral.

Es así como se ha encontrado que la divulgación y práctica de la música coral, es una herramienta muy efectiva para la ocupación útil de niños, niñas y adolescentes de sectores sociales en desarrollo y estimula su legalización ante el estado venezolano, así como fortalece la comunicación entre hijos, padres, representantes y miembros familiares más cercanos.


Es indispensable promover sistemáticamente en todos los miembros del coro la estimulación del sistema locomotriz mediante la expresión corporal, la mejora del manejo del idioma materno (castellano); desarrollo de la autoestima, el trabajo en equipo, la puntualidad, el respeto, la dicción, el conocimiento sobre otras culturas e idiomas, las normas básicas de comunicación, la conciencia ecológica y la valoración de la herencia cultural. Por estas razones, para que la actividad coral sea realmente efectiva y de calidad, también se requiere la preparación y formación de jóvenes directores y asistentes de música provenientes de las propias comunidades y núcleos.

Estructura organizativa

El programa Construir Cantando está sólidamente soportado por la estructura organizacional de la Fundación Schola Cantorum de Venezuela. Se compone de dos ramas,  una artística y otra administrativa. Parte del equipo de trabajo artístico y todo el equipo de trabajo administrativo dedica 2/3 de su tiempo laboral a este programa.

Alrededor de 19 personas conforman el personal fijo, personal a tiempo convencional y becarios de la FSCV. 7 voluntarios apoyan actividades administrativas y 18 directores y asistentes corales sostienen el funcionamiento de los núcleos del Programa Construir Cantando y Coros de la Fundación. Aproximadamente 6 microempresas, la mayoría familiares, ejecutan actividades operativas que incluyen preparación de refrigerios, mantenimiento de oficina y sedes, transporte de coralistas, tarimas, atriles y conchas así como amplificación de sonido.

Metodología

¿Pueden imaginarse la experiencia de convivencia que experimentan cientos de niños a través del canto coral?


El canto coral habla el lenguaje de la música, conecta a niños, niñas y adolescentes, de diversas condiciones socioeconómicas y educativas, ofreciendo un espacio común en el cual se aprende mientras se canta. Los maestros y directores corales, formados en el programa, utilizan diversas estrategias pedagógicas fundamentadas en el juego, la expresión y la construcción colaborativa para fomentar el desarrollo de habilidades intelectuales, emocionales, de la mano de la convivencia e interacción social. La experiencia del canto coral en los niños propone  una suerte de comunicación con las posibilidades de lo que somos, lo que podemos expresar a través de la voz, y también de nuestro cuerpo como instrumento. Se trata de la euritmia (que entrena el cuerpo para sentir conscientemente las sensaciones musculares de tiempo y espacio), el solfeo (desarrolla el oído interno para escuchar musicalmente y cantar afinadamente) y la improvisación (que estimula los poderes de concentración, capacidad de imaginar e innovar). Las tres áreas se desarrollan con la práctica de ejercicios, lo que se traduce en rítmica corporal.

Construir Cantando traduce al lenguaje musical el Aprender a conocer, Aprender a convivir, Aprender a hacer y Aprender a ser (UNESCO, 1996). A través de esta experiencia estimulamos procesos cognitivos asociados a los conceptos elementales de la música, desarrollamos competencias para el trabajo en equipo, brindamos herramientas para hacer y construir en diferentes contextos y contribuimos a la configuración de una persona que canta valores. Conscientes de la importancia de forjar nuestra identidad, Construir Cantando “canta” a la diversidad cultural Latinoamericana. Ritmos, literatura, colores, instrumentos y autores son la ventana que nos conecta, apreciando sus diferencias, pero reconociendo los elementos comunes, representativos y unificadores de nuestras naciones. 

Objetivo

El programa Construir Cantando se ha propuesto como objetivo permanente y general:

Desarrollar la formación integral de niños, niñas y adolescentes, ocupando oportunamente el tiempo libre y educativo no formal, promoviendo valores ciudadanos, capacidades intelectuales, emocionales, locomotrices, sociales a través de la enseñanza y la práctica del canto coral.